De ética y principios éticos
Existen modos de vivir acordes con principios éticos personales basados en lo que creemos que es justo y digno de ser defendido incluso con la fuerza.
Sin embargo, no siempre encajan en los órdenes establecidos. De hecho, luchar contra esos órdenes es a veces considerado uno de los mayores principios éticos vitales. Nos convertimos en “don quijotes” que fabulan un mundo, normalmente conspiratorio, donde unos malos sojuzgan a muchos buenos; luchamos contra los molinos de la exclusión, la desigualdad, el daño a la naturaleza, o la corrupción de los otros.
Sin embargo, sólo usamos nuestra óptica personal, distante y reprobatoria de los comportamientos ajenos y, condescendiente con los nuestros propios. Siendo así, no dudamos en usar webs que suponen una clara competencia con otros proveedores de servicios que están obligados a pagar impuestos y a cumplir con leyes que los encorsetan; ni en “bajarnos” música o películas sin pagar un duro, ni en “piratear” la wifi del vecino. Y no hablemos de “ayudar” a alguien en paro y pagarle “en negro” un servicio…
De la conciencia social al ‘Low cost’ social
Lo mas sorprendente es que la conciencia social, cada vez más generalizada, ve estos comportamientos como “justos” porque ayudan a aquéllos que no disponen de recursos (casualmente siempre nosotros o nuestros conocidos) frente a los que nos explotan (los otros…normalmente grandes corporaciones o políticos).
Es una subjetividad preocupante porque excluye la mayor parte del orden legal, a veces, por puro desconocimiento y, a veces, por sorprendentes planteamientos éticos.
Código de ética
Es difícil cambiar nada si se desconoce lo que se quiere cambiar y más difícil todavía llegar a conocer algo si no te interesa o lo desprecias. La diferencia entre el arte de calidad y la chapuza suele ser la capacidad del artista para conocer, manejar y modificar los cánones clásicos.
Si no se dispone de esa habilidad, sólo trazamos, a ciegas, un atajo a la mediocridad…al “Low Cost” social.